Pensando con lógica, hemos llegado al punto en el que hay que dejar a un lado los sentimientos y enfriar bien la cabeza para que nuestra compra sea lo más exitosa posible. No serías el primero que acaba vendiendo una moto por que al final se ha convertido en una pesadilla que casi ni usas. Así que el primer paso empieza por preguntarnos ¿Usaré la moto para ir al trabajo? ¿La usaré sólo para fines de semana? ¿Cuánto dinero me puedo permitir gastar? ¿De verdad voy a ir cómodo en moto?
El siguiente paso en nuestra búsqueda, pasa por hacernos una lista de los modelos que hay en el mercado, con esto incluimos los nuevos y los de segunda mano. Pero lo más importante es que sean modelos que podamos conducir, ya sea por las limitaciones de nuestro recién obtenido carné o por las limitaciones físicas que impliquen esas motos.
El presupuesto es otro de los factores determinantes a la hora de comprar una moto. Una motocicleta puede satisfacer todas tus necesidades pero, si no puedes permitírtela, soñar con ella es una pérdida de tiempo y energía. Se deberían contemplar los costes extra que vienen después de la compra; los costes anuales, por ejemplo, el mantenimiento, impuestos, seguros… pueden subir fácilmente entre 600 a 1200 euros al año. Este punto te interesa especialmente si estás considerando comprar una moto muy económica; normalmente, las motos baratas son más antiguas y suelen acarrear más costes de mantenimiento. Al comprar una moto nueva de concesionario, podrás estar seguro de que no presentará ningún defecto mecánico porque las piezas aún no tienen ningún desgaste ni ha sido conducida por alguien más. Si se presenta un desperfecto, la garantía oficial que ofrecen las marcas lo cubrirá.
Por último y para convencerte, el motor de una moto genera menos contaminantes que los automóviles, sobre todo cuando son nuevas, por eso además de ser un transporte práctico y ocupar menos espacio es más amigable con el medioambiente.
Por suerte en los últimos años las marcas van escalonando de nuevo su oferta, con lo que ahora no hay que saltar de una 125 a una 600 y de esta a una 1.000 cc. Hay unas cuantas opciones intermedias que sirven como pasos de aprendizaje. Si me compro una moto “gorda” y la limito cuando llegue el momento ya la tendré. Vale, pero si te compras una moto un poco más pequeña, y adecuada a tus conocimientos, y luego la tienes que vender para dar el salto a otra más grande, no serás el primero que lo haga y verás que tampoco es misión imposible localizar esa segunda moto de tu trayectoria motera. Las necesidades de las motos cambian y evolucionan conforme a nuestra vida, y lo que hoy nos puede parecer una moto perfecta, mañana puede ser que no lo sea y tengamos que cambiarla.
¿Sabías que en los meses de marzo, abril, mayo y junio es cuando la mayor parte de los vendedores pone a la venta su moto?
Teniendo en cuenta esta información, en según qué zonas vale la pena poner tu moto a la venta durante el invierno u el otoño; la oferta de motos será menor y tendrás menos competencia.
Si estás buscando una moto nueva, recuerda que para tomar la mejor decisión tienes que trabajar con un concesionario-taller que te brinde confianza y seguridad. Por eso te recomendamos que nos consultes para conseguir así, de una forma ágil y eficiente la adquisición de tu moto con información clara y entendible que te permite tener seguridad en tus gestiones.